Un Dios tangible

La humanidad se ve desolada por el Juicio Ígneo; una volátil llamarada, procedente del Sol, que calcina gran parte del Sistema Solar y la radiación residual posterior despoja de energía a la mayoría de las naves y estaciones, convirtiéndolas en inservibles ataúdes de metal. Nos enfrentamos al desgaste paulatino de nuestros recursos saqueando los cascarones metálicos de las naves sin vida. Las personas que arriesgan sus vidas buscando en los ataúdes de metal los suministros necesarios para prolongar la vida de nuestra especie reciben el nombre de Kaburis, quienes se enfrentan diariamente a los despojos de una civilización moribunda. La estación penitenciaria Orión ha sido uno de los pocos lugares que no se ha visto afectado por el Juicio Ígneo. En sus entrañas metálicas, el alcaide ha impuesto un régimen totalitarista para someter lo poco que queda de la moribunda raza humana. Son pocos los que son conscientes de que la escasez de recursos, el régimen dictatorial del alcaide y las guerras entre los clanes Kaburi no son nada comparado con lo que está por llegar.