Nudmó Entiandov

Los soldabí sentiandov (diablos inventados) vigilan la casa de la sra. Esperanza. Temidos y nunca nombrados, van a la caza de algo que ella guarda con celo. Mañana es el gran día. Diego (Goied), ciego desde los dos años, y su mejor amigo, Miguel (Mirimí), sordo de nacimiento, están a un solo día de su décimotercer cumpleaños. La euforia y el afán por parte de Diego ante el emocionante reto de pasar un año más el fin de semana en el campamento de Embalse Seco, junto al resto de chicos del club JACADI (Juego y Actividades para niños con Capacidades Diferentes), contrasta con el hastío y la pesadumbre que sufre Miguel ante la idea de tener que verse participando en todo tipo de actividades físicas y soportar a ciertos compañeros a los que no tolera. Si a ello se le suma el hecho de que la mamá de Diego, la sra. Esperanza, lleva todo el año intentando inculcarles el valor necesario para vivir las más arriesgadas aventuras esos tres días, salir a descubrir nuevas experiencias y buscar, por qué no, la entrada a un mundo fantástico. Lo más probable es que el fin de semana resulte arriesgado, extenuante y catastrófico. Miguel siempre ha sentido un cariño especial por la mamá de Diego, pero cada vez está más convencido de que se ha vuelto loca y que intentar poner sus vidas en peligro no es más que una señal de que algo no va bien. Sin embargo, los acontecimientos darán un giro inesperado la primera noche en el campamento cuando Diego y Miguel deciden enfrentarse a Tomás y Pedro en la prueba de supervivencia. Deberán atravesar el bosque de Embalse Seco, solos y de noche para terminar descubriendo que, tal vez, la sra. Esperanza no estaba loca.