Mujer solitaria

En el otoño de su vida, Sonia Aranda, la protagonista de Mujer Solitaria, decide abandonar Barcelona y todo aquello que ha conformado su existencia, para establecerse en un pueblo recóndito de la dehesa extremeña.

Allí verá realizado uno de sus sueños más preciados: escribir una novela. De forma simultánea, va archivando reflexiones, recuerdos, anécdotas y sentimientos que serán el núcleo duro de una especie de autobiografía.

A lo largo de la narración la protagonista va planteando muchas preguntas, pero no da casi ninguna respuesta. Así pues, tendrá que ser el lector, si lo considera pertinente, quien se conteste a sí mismo.

Mirando a través del espejo es el título de la novela que escribe Sonia Aranda. Una mujer joven marcha a Nueva York para formarse como una gran profesional. Sin embargo, los derroteros de la vida la llevarán por caminos muy diferentes a los previstos y eso marcará su vida para siempre. Eso hace que esas páginas estén impregnadas de un cierto existencialismo vital.

La novela que Sonia escribe va ganando consistencia y, en determinados momentos, las historias se cruzan y por unos instantes el lector no sabe a ciencia cierta si están en la vida real de la protagonista o está leyendo aquello que ella inventa.

Como no puede ser de otra manera, cada narración sigue su propio camino y para el lector queda perfectamente claro qué es realidad y qué es ficción. En el supuesto, claro está, que admitamos que en una narración se pueda diferenciar la realidad de la ficción o viceversa.