Luz de espadas

Don Diego Muñoz es un soldado de fortuna en la España del Siglo de Oro. Previamente a los acontecimientos que en primera persona nos irá desgranando durante la novela, nos informa de que ha vivido multitud de sucesos en el pasado, desde haber batallado en la conquista de las Américas, hasta haber sido protector de un importante Cardenal en la Roma de la época. Con esas primeras referencias nos hacemos idea de su ser como personaje, por momentos de naturaleza tan noble como pendenciera. Mujeriego, con la moral un tanto diluida, pero siempre poseedor de un carisma con un enorme atractivo a todos los niveles.
Pese a su temerario pasado, nadie habría hecho creer a Diego Muñoz que la mayor de las aventuras aún estaba por llegar. ¿Convertirse él, un hombre de mundo con una ingente cantidad de pecados a la espalda, en el Guardián del Santo Grial? Imposible.
En la España del siglo XVII, más concretamente en Toledo, se está gestando a espaldas del mundo lo que puede suponer el final de una era y Diego, junto a su perro Paco, será el encargado de evitarlo. Aventuras y comedia, una mezcla explosiva que a nadie dejará indiferente.