La Troya

Oswaldo Ros es un viejo profesor de reconocido prestigio que ha consagrado la mayor parte de la actividad docente a impartir Historia Política en la Universidad de Laina. Con noventa y nueve años, decide ingresar voluntariamente en una residencia de «desajustados». De común acuerdo con la editorial que le ha publicado todo lo que ha escrito, decide embarcarse en la redacción de su biografía, para lo cual el editor contrata a una prestigiosa filóloga, Sofía Lamaza. Es en el transcurso de largas conversaciones con la biógrafa donde el profesor le irá contando su pasado: Nicole, el amor de su vida, la vida de sus padres durante la Guerra Civil, la Transición española, la familia, la universidad de hoy y de siempre… La novela se muestra vívida, en un ambiente cálido propiciado todo ello por charlas cómplices entre Oswaldo y Sofía; charlas sobre religión, Dios y filosofía, conspiraciones políticas, estatales y empresariales. La vida con bifurcaciones, como todas las vidas, unas bienvenidas, otras no tanto; el ser humano, tratado como las bolas de canica, los golpes que recibe una de ellas alejan o aproximan a las demás. Es el juego de la Troya.