El invierno en las espaldas

El invierno en las espaldas es la historia de Javier Sánchez Martínez. Nacido en el Madrid de los años cincuenta y llegado ya a la madurez va recordando las distintas etapas de su vida, desde su infancia y adolescencia transcurridas en su ciudad natal hasta el momento actual -también en ella- pasando por otras épocas y otros lugares que han ido definiendo poco a poco su trayectoria vital. Sin olvidar nunca su patria chica y sin renegar jamás de ella, se va integrando por razones de su propio destino en otras ciudades y países. Su estancia en una bonita ciudad de la Costa Brava, el regreso a la Comunidad de Madrid, su posterior traslado a distintas poblaciones de Francia y Suiza, siempre en función de su trabajo como docente van marcando cada vez más el camino de sus días y el sentido de su existencia. Como él mismo reconoce «cada uno es como es» y en ese «renovarse o morir», de cuya opinión participa, van transcurriendo sus años. Paralelamente a su propia  historia recuerda acontecimientos fundamentales en la historia de nuestro país. Le toca vivir el régimen franquista hasta ya entrada su juventud; conoce, aprecia y siente cierta nostalgia de los años de la transición -hoy tan injustamente denostada por algunos sectores- y tiene también la experiencia del asentamiento de la democracia en España aún con todas las carencias que ésta pueda tener.

Acorde con todo lo que significa el «carpe diem» trata de aprovechar su tiempo libre con las cosas que más le gustan: conocer en la medida de lo posible y sin perder la calma otros sitios y otras culturas a través de viajes, leer y releer pausadamente sin atiborrarse, acudir de vez en cuando a algún concierto, teatro o cine – preferentemente este último , dar largos paseos sin límite de tiempo, saborear un buen café y sobre todo no perder el contacto con sus amigos, dejando siempre libre ese espacio que le es imprescindible para su intimidad, ese oxígeno de soledad.

Son cosas muy elementales, tan elementales como lo es su propia filosofía de la vida, basada en la simple reflexión de un hombre normal y corriente pero no por eso menos respetable. De esta reflexión – a la que también dedica parte de su tiempo libre – nace su identificación con pensadores como Unamuno, Machado o Azorín. Una fría y lluviosa tarde de un enero madrileño Javier Sánchez Martínez decide poner todo esto negro sobre blanco.