El crimen de la chica de la mochila

En los años setenta la emigración exterior e interior en España era la tónica natural, Andalucía y Extremadura se llevaron la peor parte de una posguerra cruel. Por los años ochenta España empezó a levantar vuelo: los hijos de trabajadores pisaron la universidad, pero como suele ocurrir el empoderarse en la vida trae su consecuencias positivas y negativas, y el fantasma de la heroína planeó por aquellas fechas y fue al cáncer al comienzo del desarrollo económico. Muchos jóvenes y otros menos jóvenes cayeron en las garras de la droga; no solo los consumidores de la droga pagaron las consecuencias, también el entorno familiar sufriría aquella plaga.

En esta novela se relata la historia de tres familias de las muchas que sufrieron y sufren los efectos de la droga y la heroína. La justicia en muchos casos llega tarde y mal, la corrupción a veces política, tapa el drama por intereses económicos y políticos. En el presente libro se relata el esfuerzo de un sector de la policía que trata de borrar a esos indeseables apartándolos de la perdición de la juventud, pero a veces, como en este caso, un comisario tropieza con las barreras burocráticas que le impiden su trabajo, y aburrido, abandona su puesto. El drama empieza cuando unos padres, ya destruida su familia, toman la justicia por su mano, pagando con la misma moneda a quienes el poder les ampara.