Donde habita la felicidad

El libro narra el día a día, a modo de diario, de un chico en un campamento. Se describen las actividades, pero apenas tienen relevancia porque se encuentran cubiertas por un maremágnum de ideas, pensamientos, sentimientos y relaciones entre compañeros y monitores. Durante los 13 días que dura el campamento, el niño, que solo al final se descubre que se llama Diego, siempre le apelan por “Cancioncillas”, nos cuenta cómo se siente y las ideas que le vienen a la mente entre seriedad y bromas. El protagonista, de 12 años, tiene una forma de pensar que, en ocasiones, se adecúa a su edad, pero no en la mayoría de situaciones. Muestra una madurez y una inteligencia impropia de su edad.

Con este y otros elementos surrealistas como la bajada al campamento del dios azteca de los juegos, el libro busca el extrañamiento.