Cuentos dementes

El autor os invita, como Baudelaire, a emborracharnos “De vin, de poésie ou de vertu, à votre guise” (De vino, de poesía o de virtud, a vuestro gusto). En su tercera colección de relatos, Luis Miguel Muñoz, propone que nos acerquemos a la realidad desde el punto de vista de unos personajes atormentados: aquejados de mal de amores, de pérdida de la memoria o de algún ser querido; esquizofrénicos, neuróticos, con el yo dividido o con disfunciones emocionales; celosos compulsivos, aquejados de miedo a la muerte, o miedo al sexo, o a las enfermedades; atenazados por sentimientos de culpabilidad, con la identidad perdida o confundida; personalidades en algunos casos violentas, con tendencias suicidas, o adictas al alcohol, a las drogas, a la tecnología, al deporte o incluso a la ciencia ficción y que creen haber sido abducidos; personajes corruptos, arrepentidos o no, en busca de perdón; videntes, aprendices de brujo, obsesionados con el arte, con el sexo o con la muerte, seres al fin y al cabo maltratados por la vida y necesitados de consuelo. Quizás sea esta la forma más acertada de aprehender la realidad y de enfrentarse a ella, al fin y al cabo, ¿quién es el cuerdo y quién es el loco: el que aplaude, El retablo de las maravillas, el que lo ve vacío o el que lo rellena a su gusto? Entre y piérdase.