José Vaccaro Ruiz, ganador de la Primera Edición de los Premios Atlantis La Isla de Las Letras, publica la novela La Vía Láctea en Bulgaria.
José Vaccaro Ruiz resultó ganador en la Primera Edición de los Premios Atlantis La Isla de Las Letras con la novela Ángeles Negros, tanto en la categoría de Género Policiaco, como Mejor Libro del Año. Más tarde, en Ediciones Atlantis comenzamos a negociar los derechos de autor de su segunda novela, La Vía Láctea, con la intención de introducirla en Bulgaria. Finalmente, tras su aceptación y posterior traducción, el libro ha visto la luz en la editorial búlgara Delakort, bajo el título El caníbal. Ya han aparecido las primeras críticas literarias de la novela y será presentada en Noviembre de 2011 en Sofía (Bulgaria).
Una vez más, volvemos a cruzar fronteras y poco a poco nuestros escritores habituales encuentran nuevos horizontes literarios.
Extracto del prólogo de Jesús Palacios para “La vía láctea”
Hay quizá algo mucho más terrible en el mundo que nos describe, con pormenor y detalle de autentico conocedor, Vaccaro Ruiz. Un mundo que va desde los barrios de clase alta barceloneses a los ghettos de la droga y la prostitucion, pasando por oscuras y completamente verosímiles tramas de comercio humano y médicos y funcionarios corruptos, con pinceladas que retratan también un flujo constante de prevaricación, chantaje, soborno y corrupción, que salpica a todos los estamentos de la sociedad de nuestra, supuestamente, democrática y libre España. Es un panorama no menos aterrador que el de los secretos ocultos en la profundidad de nuestros campos y pueblos, con el que, por lo demás, se relaciona de forma sutil pero inevitable, tendiendo sus redes de araña por toda la península y, peor aún, por el alma humana de quienes la habitan.
Es el escenario social y económico, pero también moral y ético, de una España consumida por el dinero. Por la ambición, el abuso de poder, el amiguismo, el caciquismo más arraigado, el consumismo desmedido, la adicción –a la droga, pero más aún al vil metal necesario para conseguirla-, la envidia, y el deseo, imposible de satisfacer, de llenar el vacío de unas vidas sin ilusión, sin amor, sin amistad, con el aroma manchado de cocaína de los billetes de euro. De muchos euros, cuantos más mejor. Es un mundo de canibalismo implacable, del cual, la antropofagia real de los monstruos que pueblan el libro es, quizá, tan solo, una metáfora. Una alegoría, a la manera de las historias de ogros y brujas comeniños, que avisaban –en tiempos mejores, cuando los cuentos de hadas no sufrían la censura de lo políticamente correcto- de los peligros de la vida a los niños listos que escuchaban con atención. En ese caso, el verdadero canibalismo que nos describe “La Vía Láctea” sería el de esta “nueva” España del euro y la crisis, culpable y víctima a la vez, en exhibición de perversa autofagia, y donde el pez grande se come al chico, pero ya antes de digerirlo se ha declarado en quiebra, poniendo a la venta toda la pecera.
“La Vía Láctea”, novela policial apasionante y entretenida, historia de horror moderno en la Meseta profunda, es, sobre todo, un cuento de hadas negro con moraleja. Escuchémosla, porque es un aviso de que vivimos en un país de antropófagos sin alma y con los bolsillos llenos. De espíritus vacíos y cuentas bancarias hinchadas con euros manchados de sangre, sudor y lagrimas. España negra y esperpéntica de ayer y de hoy, picaresca y eternamente invertebrada. España caníbal.
Extracto del prólogo de José Luis Muñoz para “La Granja”
Vaccaro no habla sobre sí mismo, porque quizá ya se le pasó el tiempo, ni se deja seducir por experimentalismos, porque no le interesan y dificultarían las tramas de sus novelas, sino que se limita a contar historias que circulan deliberadamente por los límites de lo políticamente correcto, y es un ejercicio que hace extraordinariamente bien, con una prosa eficaz, a la que ni le sobra ni le falta nada y está siempre al servicio de narraciones que no decaen en ningún momento y fluyen sin aspavientos. Su arquitectura narrativa es siempre impecable y tiene la virtud el autor de hacer creíble lo truculento y adentrarnos en zonas oscuras que nos atraen y repelen al mismo tiempo.
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José Vaccaro Ruiz es ya un valor literario firme, con una larga carrera por delante porque la sociedad y sus claroscuros, que con tanto acierto traslada al mundo de la ficción, van a seguir dándole temas. ¿Con qué nos va a sorprender próximamente?
José Vaccaro sobre su obra “La Vía Láctea”
Es una novela dura por el tema que trata. Lo minucioso de las descripciones […] y de las motivaciones y orígenes de los personajes la hace absolutamente creíble. Se mueve, por una parte en ambientes marginales y por otra en la hipocresía de estamentos sociales elevados […] en una dicotomía de lo que es la sociedad en su conjunto.
Por supuesto que no contiene valoraciones morales, simplemente descripción de unos hechos, unos personajes y unos entornos de los cuales el lector deberá sacar, si quiere, las correspondientes reflexiones. Y si no lo hace estará ante una trama de intriga y unos personajes que le atraerán por sí mismos.
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